martes, 22 de julio de 2014

París

Y después de mucho tiempo, vuelvo a escribir y lo primero que hago es pedir perdón por la demora.

Supongo que lo que yo os pueda decir de París será poco en comparación con todo lo que ha salido por televisión, así que empezaré diciendo que yo siempre he sido reticente a ir, no preguntéis por qué, pues ni yo mismo lo sé. Pero así es. Digamos que no me llamaba la atención. Aunque he de reconocer que una vez allí me maravilló.

Llegamos a primera hora de la mañana a Charles de Gaulle y de allí, con el metro llegamos en poco rato a Montparnasse. Dejamos las maletas en el hotel y nos fuimos directos a Notre Dame y fue aquí donde me empezó a gustar París. Pese al frío, al mucho frío que hacía, había muchísima gente. Una cola iba desde la puerta hasta prácticamente el puente y aquí viene mi primer consejo: id hasta la entrada y veréis que la cola se divide en dos. En una parte no hay nadie y podéis pasar. La catedral es magnífica y con poca imaginación podéis llegar a pensar en Quasimodo. Nosotros no pagamos entrada, pero no se si hay que pagarla o no. Por contra, para subir a las torres se ha de pagar o ir con el ticket de los museos. Nosotros no subimos por no hacer cola ya que íbamos pocos días y poco tiempo para ver lo que queríamos.

Notre Dame
Después de Notre Dame y de comer, nos dirigimos al Sacrê Coeur para ver las vistas de la ciudad desde el monte Montmartre. Para subir utilizamos el funicular, un recorrido corto, pero por no subir escaleras... jejeje. La Basílica es espectacular y las vistas no desmerecen.
Sacrê Coeur
Ahora sí, bajamos caminando dando un paseo hasta llegar al famoso carrousel que aparece en la peli de Amelie y desde ahí seguimos caminando hacia Pigalle. De aquí, lo más famoso es el Moulin Rouge (vous voulez couché avec moi?) y os podéis hartar de ver sex shops i demás clubs de señoritas de vida alegre. 
Moulin Rouge
Para acabar el primer día en París, volvimos al punto de partida, Notre Dame. Si de día me encantó, de noche e iluminado, es espectacular. Tiene el halo de misterio de la novela de Víctor Hugo y hace que disfrutes todavía más de las vistas.
Notre Dame
Después de un duro día sin parar, tocaba descansar ya que al día siguiente también sería "duro".

Madrugamos, desayunamos rápido y nos fuimos directos a lo más emblemático de París: la Torre Eiffel. ¿Qué os puedo decir de ella? Es espectacular y sé que me repito, pero no tengo otra palabra para definirla.

Lo más fácil para llegar, una vez estás en el metro y dudas en qué parada bajarte, es seguir a la gente, así non hay pérdida posible. Para no ir apretados como en una lata de sardinas, decidimos cruzar la calle y pasear por la orilla del Sena para ver la Torre desde mejor perspectiva.

En este punto os aconsejo llevar las entradas desde vuestro punto de salida. En nuestro caso, las compramos por internet, elegimos la hora a la que queríamos subir y no tuvimos que hacer demasiada cola.
Torre Eiffel
Eso sí, una vez subes, te encuentras con toda, TODA, la aglomeración de gente.

Podéis subir hasta el segundo piso de la Torre o, si no tenéis vértigo (o lo tenéis pero os da igual), hasta arriba. Es verdad que las vistas desde más o menos la mitad de la Torre son impresionantes, pero si llegáis arriba del todo, las vistas no os defraudarán. Si vuestro bolsillo os lo permite, podéis comer en el restaurante Jules Verne que está en el segundo piso.
Vistas desde el segundo piso
Vistas desde la cima
Después de un par de horas por las alturas, nos fuimos hacia Les Invalides donde está el Museo Militar y allí se puede contemplar la tumba de Napoleón Bonaparte
Les Invalides
Antes de la hora de comer, nos quedaba por visitar el Louvre, así que caminamos hasta llegar a ver la pirámide de cristal. Hicimos cola para comprar las entradas y nos fuimos directos a ver el mini cuadro de La Gioconda. Apartando una cantidad innombrable de gente, conseguí llegar a primera fila para poder hacer las fotos pertinentes. Tened paciencia con los empujones y pisotones. Para acabar nuestra brevísima estancia en el Louvre, fuimos a ver la Venus de Milo. Aquí había menos gente, así que hicimos las pertinentes fotos y salimos.
Entrada al Musee du Louvre
Es muy triste, pero tres días no dan para hacer todas las paradas que queríamos y pasarnos todo el tiempo posible disfrutando de lo que París tiene para ofrecer.

Una vez comidos, fuimos hasta el Arco de Tirumfo para empezar nuestro paseo por los Campos Elíseos hasta llegar a la Plaza de la Concordia. Aquí todo es lujo y está lleno de concesionarios de coches que parecen discotecas, pero el paseo a media tarde, es muy recomendable.

Volvimos al hotel para descansar un poco ya que por la noche teniamos un paseo en barco por el Sena. Empezamos delante de la Torre Eiffel e hicimos el recorrido hasta Notre Dame. Con este paseo en barco pudimos observar los grandes monumentos iluminados.
Torre Eiffel iluminada
Como anéctoda, no pudimos volver a la estación de metro de donde veníamos y nos sabíamos el trayecto debido a una amenaza de bomba en la Torre. Así que de noche, sin saber muy bien a dónde íbamos y siguiendo las indicaciones de la gendarmerie llegamos a una parada de metro.

Aún nos quedaba un día entero en París, pero ese día lo teníamos reservado para... Disneyland París!

Fuimos hasta el parque en tren y nada más llegar nos quedamos con la boca abierta. Una sensación de felicidad que te deja sin palabras. Llegamos con las entradas compradas desde aquí y no tuvimos que hacer colas. Nuestra visita, coincidió con la celebración del 20 aniversario del parque, así que todo estaba adornado para la ocasión.

Una vez traspasadas las puertas, la primera imagen fue la del castillo de Cenicienta (o Bella Durmiente, no lo tengo muy claro).

Después de eso, colas y colas de diversión y de la emoción de sentirte como un enano. Personalmente, creo que disfrutan más los mayores que los niños. Un lugar donde los mayores se vuelven los niños y los niños se avergüenzan de sus padres.

Obviamente, en un día no da tiempo a ver los dos parques (Disneyland París y Disney Studios) pero se hace todo lo que se puede. Os recomiendo la atracción de Piratas del Caribe y una más tranquilita, It's a small world donde veréis todos los paises del mundo representados por autómatas.

No voy a explayarme explicandoos todo lo que se puede hacer en Disney porque sería fastidiaros la fiesta. Si podéis, id, os prometo que no os defraudará.

Por la noche, nos acercamos a dar un paseo por el barrio Latino que está cerca de Notre Dame. Aquí podréis encontrar todo tipo de restaurantes y bares a buen precio. Si tenéis morriña de la comida española, hay un restaurante español donde podréis degustar comida tipical spanish.

Para acabar este post, resumiré mi estancia en París como mucho mejor de lo esperado. Nunca me había llamado la atención visitar la capital francesa, pero reconozco que me encantó y que me gustaría volver para poder visitar tooooooooooodo (he dicho TODO) lo que me falta.

Au revoir et vous voir dans le prochain post.

jueves, 7 de marzo de 2013

Islas Griegas

Casi un año después, me digno a volver a escribir y aprovecho para pedir disculpas por haber "abandonado" durante tanto tiempo este blog.

Mi última entrada fue sobre Grecia, concretamente Atenas, así que como dije en su momento, me toca escribir acerca de las islas griegas en las que he estado. Dentro de lo que cabe, el parón ha ido bien porque a parte de las que tenía en aquel entonces, ahora podré hablar de dos islas más.

La primera isla que visité en el 2010 fue Creta. Es la más grande de todas las islas griegas y conocida por el famoso mito del minotauro. Llegamos a medio día desde Atenas con avión y sorpresa al ver que la pista de aterrizaje acababa y empezaba casi a la altura del mar.

Después de una siesta reparadora, salimos a ver el centro de Heraklion, la capital cretense. Como la gran mayoría de sitios turísticos, había muchísima gente, muchísimas tiendas y muchos sitios donde comer. Siguiendo nuestro paseo, llegamos a la zona portuaria. Nada más llegar, se puede ver la puerta veneciana y el malecón.

Puerto y puerta veneciana (a la izquierda)

Malecón

Después de caminar hasta el final del malecón y hacerse de noche, volvimos casi a oscuras hasta el puerto y nos fuimos a cenar porque a la mañana siguiente teníamos planeada la visita al Palacio de Knosos.

¿Que qué es el Palacio de Knosos? El palacio de Knossos fue el templo más importante de la civilización minóica y es donde se dice que residíá el minotauro.

Lo mejor para la visita es ir a primera hora, cuando aún no hace tanta calor y no hay la masiva aglomeración de turistas. Hay que ir bien equipado con un par de botellas grandes de agua, ropa cómoda y fresquita y una gorra. Sólo hay un espacio donde podréis encontrar un poco de sombra, el resto está todo al descubierto. Para ver todas las estancias y todo el palacio hace falta pasarse toda la mañana. Por cierto, no intentéis buscar el laberito... Como yo me quedé con las ganas de encontrar la entrada al laberinto, le pregunté a una guía que había por allí y me explicó que el mismo palacio era el laberinto.



Después de pasar toda una mañana bajo el sol, lo único que apetecía después de la excursión era volver al hotel y quedarte en la piscina sin hacer nada.

Heraklion no tiene mucha vida nocturna, exceptuando los muchos restaurantes que hay en la zona portuaria. Como es de suponer, las especialidades son a base de pescado aunque también se puede comer buena carne. 

Después de dos noches en Heraklion, nos dirigimos a Santorini y me enamoré de la ella. He estado dos veces, así que os pondré cosas de las dos veces que estuve. 

La capital de la isla es Thira (o Fira) y en ella se puede encontrar de todo. Originalmente, la isla tenía forma circular con un volcán en medio. Durante una explosión la isla se dividió en cuatro partes, dejando "apartado" el volcán. Dice la leyenda que aquí era donde estaba la Atlántida.

Caldera

Todo lo que pueda decir sobre Santorini se quedará corto, así que espero que, lo que leáis aquí, os sirva al menos para que os entre el gusanillo y que os apetezca ir a conocer la isla. 

Lo mejor es perderse por las callejuelas de la ciudad tanto de Thira como de Oia, la segunda ciudad más importante. Caminando por el borde de la isla, veréis que está lleno de bares y restaurantes con vistas a la caldera. Esto se debe a que la ciudad tiene una de las mejores y más bonitas puestas de sol (diré lo mismo de la Oia...) Si váis sobrados de presupuesto, podéis comer o cenar en uno de estos restaurantes, si no, os podéis conformar con tomar algo mientras véis la puesta... siempre y cuando encontréis sitios para sentaros. Si no lo encontráis, podéis buscar un sitio donde apoyaros.

Santorini tiene dos partes diferenciadas: la zona turística con las ciudades importantes y la zona de playas. Si no recuerdo mal, sólo estuvimos en una playa de arena negra. Como la gran mayoría de playas en las islas griegas, Otra playa en la que estuvimos fue una de piedra que está en Thirissia, una isla alargada que visitamos en una excursión. 

Playa de arena negra
Una de las cosas que no se ha de perder uno es la excursión en barco al volcán. Es una salida que dura hasta media tarde. Sale desde el puerto viejo de Thira, al que hay que bajar caminando, en teleférico o bien, la más original de todas: en burro. Durante la visita guiada se sube al volcán (preparaos a pasar calor) y explican la historia de lo que provocó la erupción del volcán hace tiempo. Después de esto, vuelta al barco y se hace una parada en unas termas naturales. El barco no llega a anclar en la playa, si no que para a unos metros. Se salta del barco y se nada hasta llegar a la zona termal.

Zona termal natural
La excursión sigue hasta Oia, la segunda ciudad más importante. La primera vez que la hice, nos dieron la opción de desembarcar en el puerto de Oia y acabar la excursión ahí o bien volver a Thira. La segunda vez, debido a un desprendimiento de rocas, el barco no pudo acercarse y volvimos.

Si decidís quedaros en Oia, podréis ver otra espectacular puesta de sol, eso sí, para subir desde el puerto, o bien subís las casi 500 escaleras o bien subís en burro. No hay más opciones.

Estación de burros
Una vez arriba, veréis que la ciudad es muy parecida a Thira, llena de callejuelas y la típica arquitectura de las cícladas: casa blancas con techos azules. para ver bien la puesta de sol, tenéis que ir al final del pueblo y allí buscar algún sitio donde poder estar. Lo más habitual es verla desde encima de algún tejado. Para volver, hay autobuses que conectan ambas ciudades y hacen alguna parada en otras ciudades durante el trayecto.

Para acabar con Santorini, deciros que es un buen sitio para comprar ropa y otras cosas de marca a buen precio (imitaciones muy bien hechas) y os recomendaré un restaurante: Taberna Nikolas. Se come muy bien pero eso sí, id con tiempo porque siempre hay colas.

Siguiendo la mini ruta por islas griegas, la próxima parada es Ios. También pertenece a las Cícladas y es una isla bastante pequeña.

La ciudad principal es Ios (sí, son poco originales...) y está en la montaña. Para llegar a la isla, se ha de hacer en barco y de ahí, coger un autobús o subir caminando (coged el bus, os lo recomiendo). El principal atractivo turístico de la isla son las playas y el turismo joven, mayoritariamente de borrachera. También se pueden visitar las ruinas del castillo veneciano y la Tumba de Homero (el de la Odisea y la Ilíada).

Ruinas del castillo veneciano

Tumba de Homero

La calle principal del pueblo está llena de bares, restaurantes, discotecas y tiendas de souvenirs. A la que cae la noche, se llena de gente joven consumiendo alcochol. Podría decirse que es el Lloret de Mar (localidad catalana con el mismo tipo de turismo) de de las islas griegas.

Poco más os puedo decir de esta isla, así que os dejo una foto de la ciudad.

Ios
El siguiente destino es Naxos, una de las islas más grandes de las Cícladas. Como la mayoría de las islas griegas, el principal atractivo son las playas, pero ésta, además, tiene restos arqueológicos. Nada más llegar a la isla por mar, se ven los restos de lo que iba a ser un monumento a Apolo. Sólo se ve un arco y es una pasada ver la puesta de sol desde el montículo donde está situado y a través del arco.
Puesta de sol a través del arco de Apolo
La capital de la isla es Jora y es un laberinto de callejuelas donde podemos encontrar restaurantes, tiendas de souvenirs y de comida.

En el paseo del puerto encontramos la estación de autobuses que comunica la capital con los diferentes pueblos de la isla. Este paseo va desde el arco de Apolo hasta una playa grande de arena fina en la que entras al agua y puedes caminar cientos de metros sin que el agua pase de las rodillas.

Una de las playas que más me gustó fue Agia Ana que está a media hora en autobús. Es tranquila, grande y como en todas las playas griegas en las que he estado te cobran por la sombrilla y la hamaca.

No os vayáis de la isla sin probar el pez espada y el pulpo que son especialidades de allí, aunque poco tiene que ver con nuestro pulpo a la gallega.

Para acabar con mis visitas (de momento) por las islas griegas hablaré de Mykonos. Con todo lo que se ha visto por la tele, supongo que no os descubriré nada nuevo, pero os daré mi visión personal de la isla.

Mykonos es conocida, sobretodo, por su fiesta y ambiente gay. Doy fe en lo de la fiesta, pero no he visto tamto ambiente gay como la pintan. Es cierto que ves muchas banderas arco irís en la entrada de locales, pero una vez dentro no hay tanto. Que conste que hablo por mi experiencia y lo que he visto allí y sé que es más que posible que luego sea todo lo contrario.

A la isla llegan muchos cruceros a lo largo del día (igual que pasa en Santorini) por lo que el flujo de visitas es enorme. El principal atractivo, a parte de la fiesta, son las playas y la arquitectura típica de las islas cícladas: casas blancas con techos azules.

La principal ciudad es Mykonos Town, que es la capital. Aquí destaca la zona conocida como Little Venice debido a las casas que dan directamente al mar.

Little Venice
La ciudad está llena de callejuelas empedradas y vale la pena caminar por ellas sin rumbo fijo. Encontraréis muchas (pero muchas, muchas, muchas) tiendas y si estáis un buen rato caminando seguro que encontraréis al pelícano Petros, un símbolo de la isla. La primera vez que lo vi pensaba que era una estatua, pero a la que se movió di un paso atrás por si acaso...

Petros, el pelícano

Nada más llegar por barco a la isla se pueden ver los típicos molinos de viento que salen en todas las postales. Cuando lleguéis a pie para verlos, veréis que están muy poco cuidados, pero aún y así, todo el mundo se hace la foto con ellos a la espalda.


A grosso modo esto es lo más importante de la isla, sin contar las playas y la fiesta. Las playas que yo recomendaría son Agios Ioannis y Panormos pero tened en cuenta que están todas muy masificadas y en todas hay que o alquilar una hamaca y sombrilla o encontrar uno de los escasos huecos donde dejar la toalla.

Fiesta encontraréis casi en cualquier parte de la isla. Sólo con callejear por Mykonos town os podréis encontrar muchos bares de ambiente, bares musicales, discotecas... incluso podréis encontrar la discoteca Space. Pero si lo que queréis es una buena fiesta, tenéis que ir o a Paradise beach o a Super Paradise beach. Desgraciadamente no he estado en la segunda, pero de Paradise beach os puedo decir que es una pasada. La fiesta empieza pronto, a eso de las 16h y termina a altas horas de la madrugada. La variedad musical es escasa, podéis elegir entre house y dance o un sólo bar donde ponen salsa. Para llegar, hay un autobús que va directo desde Mykonos Town y así no hace falta ir con el vehículo de alquiler que cojáis.

Ya para acabar, os diré que vayáis a la isla que vayáis os cansaréis de ver pequeñas iglesias. Esto tiene una explicación y es que los habitantes de las islas griegas, cada vez que volvían de alta mar daban las gracias edificando una iglesia nueva.

Moverse por el interior de las islas puede resultar un poco pesado si váis siempre en transporte público. Lo recomendable es alquilar un coche, un quad o una moto. Muchas veces no hace falta ni ponerles gasolina porque se consume muy poco y el alquiler no suele ser muy caro. Pero si no sabéis conducir o no os fiáis, los autobuses públicos suelen ser cómodos y buenos, excepto el que va a Paradise beach.

Espero que os haya gustado este largo post y espero vuestros comentarios y críticas.

Próximo destino (después de Semana Santa), París.

domingo, 15 de abril de 2012

Grecia

 Hace un par de veranos, cumplí uno de mis sueños de la infancia que era visitar Grecia. Siempre me han llamado la atención las culturas antiguas y Grecia no podía faltar en mis viajes.

Aún habiendo embarcado seguía sin creerme que iba destino a Atenas. Simplemente no me lo creía. En el avión no dejaba de ver la guía y lo que más me llamó la atención fue la palabra parakaló. Haciendo alarde de mi gran ingenio y humor, no se me ocurrió otra cosa que decir: ¿parakaló? Pues un ventilador, ¿no? No comments.

Llegamos a primera hora de la tarde y me hizo mucha gracia ver que nos esperaban con el cartelito con mi nombre. Un guía muy agradable nos explicó un poco cómo movernos por la ciudad, los horarios de Atenas y cómo hacer para cuando fuéramos a alquilar el coche. Nos dejó en el hotel y nos despedimos.

Una vez instalados en la habitación, fuimos al Monte Lycavittos. Es el punto más alto de la ciudad de Atenas y las vistas son impresionantes. En la cima del monte hay una pequeña ermita dedicada a San Jorge y un restaurante que, para estar donde está, no es caro. Hacían una Mousaka más que pasable y cenar viendo Atenas de noche toda iluminada es una pasada. Volvimos al hotel y antes de acostarnos, subimos a la terraza para ver la Akropolis iluminada y tomar algo ahí.

Ermita de San Jorge
A la mañana siguiente, como no podía ser de otra manera, nos fuimos a la Akropolis. decidimos ir caminando que si bien es un trayecto corto, deja mucho que desear.

Atenas es una ciudad muy sucia. Excepto las zonas turísticas, está poco cuidada para las visitas. Puedes encontrarte cualquier cosa en el suelo, incluso personas con las jeringuillas enganchadas en el brazo.

Después de caminar una media hora como mucho llegamos a los pies de la Akropolis. Para nuestra suerte, no llegamos por el lado "turístico", si no que llegamos por la parte de atrás y subimos la montaña sin aglomeraciones. Llegamos pronto, así que aún había poca gente.

Una vez traspasas las puertas de piedra, ves el Partenón por primera vez y, personalmente, me dejó sin palabras. Es la sensación de grandeza y poder, de creer en los antiguos Dioses, de imaginar estar en aquella época. Por suerte, había poca gente a primera hora, lo que me permitió sacar fotos sin turistas que la estropeen. La visita se ha de hacer con calma, nada de ir estresado como los "cruceristas". Para una buena visita has de tomarte tu tiempo para sacar fotos con el menor número de personas de por medio, has de tomarte tu tiempo para imaginar, para disfrutar del complejo.

El Partenón

Después de contemplar por primera (y no última) vez el Partenón, a mano izquierda queda el Erecteión, un templo dedicado a Atenea, Poseidón y el rey Erecteo donde se pueden ver la copia de las seis cariátides (columnas con forma de mujer). Justo detrás de este templo, está el de Atenea Niké, que para estar dedicado a una divinidad es más bien pequeño, con medidas más humanas.
Las cariátides
Erectión (lo sé, sobro yo en la foto...)

A parte de estos templos, hay otros más pequeños en la zona y lo que más destaca es el Teatro de Dionisio, dedicado a... dejadme pensar... a... creo que a Dionisio, pero no estoy seguro :-) Nuestro primer momento friki lo vivimos aquí con un japonés que nos pidió una foto y posó haciendo el símbolo de la victoria.
Teatro de Dionisio
 Un par de horas después dejamos la Akropolis por la ladera "turística". nos invadió la sensación de ser salmones nadando a contracorriente. Cuando conseguimos bajar, vimos la parte nueva de la Akropolis, donde está el museo y un buen número de restaurantes.

Siguiendo la calle, se llega al Arco (o Puerta) de Adriano, que sería la entrada (o salida, como queráis verlo) de un parque que nos lleva al Templo de Zeus Olímpico. Adriano ordenó acabar con su construcción y fue el templo más grande de la época. Actualmente quedan muy pocas columnas en pie pero vendo la foto os podéis imaginar lo grande que era.

Arco de Adriano
Templo de Zeus Olímpico
Continuamos con nuestro paseo para llegar al Estadio Panathinaikó, el antiguo estadio de los modernos Juegos Olímpicos de 1896. Hay poco que decir aquí, sólo que en la antigüedad también se utilizó para celebrar los juegos de Atenea y fue restaurado para los juegos modernos.
Estadio Panathinaikó
Como no habíamos caminado casi, seguimos haciéndolo. Dimos una vuelta por la zona y vimos los Jardines Nacionales donde está el Palacio de Zappion para luego llegar al Parlamento y ver el cambio de guardia (me gustó más que el de Londres). El Parlamento se encuentra en el centro de Atenas, en la Plaza Syntagma que nos lleva a una calle peatonal para ir de compras y el mismo metro de Syntagma en el que hay un pequeño museo. Lo siento, no sé porqué, pero no me deja subir el video del cambio de guardia...

Típico guardia ateniense (sin armadura ni casco como los antiguos...)

Todas estas visitas fueron hasta la hora de comer, vale un poco tarde, sobre las 15h más o menos, así que luego nos fuimos al hotel a comer y descansar. Por la tarde hicimos más bien poco. Caminar y mirar tiendas y acabar cenando en el puerto de El Pireo.

Al día siguiente, fuimos con nuestro coche de alquiler a Delfos, lugar del Oráculo. Lo más complicado para llegar fue salir del caos del tráfico de Atenas. Después de dos horas por una carretera totalmente recta llegamos a Delfos. Una vez allí compramos la entrada y empezamos a subir por un monte Parnaso lleno de ruinas.

Delfos
Empezamos a subir y después de varias columnas, vimos el Templo de Apolo, lo que viene a ser el Oráculo de Delfos. Aquí venían los antiguos griegos a preguntar  sus inquietudes a los dioses. 

Templo de Delfos (Oráculo)
Seguimos subiendo y a parte del Oráculo se puede visitar también un Anfiteatro y un pequeño estadio donde celebraban carreras de cuádrigas. Pregunta al aire: ¿Cómo co*o subían las cuádrigas hasta aquí arriba?

Una vez acabamos nuestro paseo por el Parnaso, comimos a los pies del monte y vuelta para Atenas. Mala idea coger el coche después de comer. Una vez devuelto el coche dimos una vuelta por la zona de la Akropolis para hacer tiempo antes de la zona y volvernos al hotel para partir a la mañana siguiente hacia Creta donde empezaron nuestras excursiones por algunas islas.

Akropolis de noche
Quiero pedir disculpas porque no he podido colgar los vídeos del cambio de guardia, supongo que será por problemas del formato.

Próximo capítulo, Islas Griegas. Continuará...

domingo, 5 de febrero de 2012

Consejos en Egipto

Primer consejo: si podéis, evitad viajar en julio y agosto. Lo sé, es un consejo obvio, pero no está de más decirlo.

Como sabréis, la mayoría de viajes a Egipto son organizados, pero ¿hace falta realmente? Mi respuesta a esa pregunta es "a medias". Os explicaré.

Supongo que debería empezar por comentaros los consejos prácticos, pero eso es más típico y en cualquier guía, incluso en la agencia de viajes os lo dirán, pero bueno, recordad beber sólo agua embotellada y que os la abran delante vuestro, nada de cubitos, regatead por todo, dejad propinas pero no les déis nada a los niños que piden por la calle (es duro, lo sé, pero se ha de hacer). Si habláis francés os podréis entender perfectamente, pero con un poco de inglés también es fácil entenderse, incluso os encontraréis con egipcios que chapurrean castellano.

Hay viajes que siempre es mejor llevarlos organizados, sobretodo si es una cultura diferente y un idioma poco común. Está muy bien contratar el paquete con los vuelos, traslados y el crucero con sus respectivas excursiones, pero una vez en El Cairo, ¡no contratéis ninguna excursión extra!

Moverse por El Cairo es menos peligroso de lo que mucha gente piensa. Bueno, vale, quizás en los tiempos que corren no, pero a la que haya estabilidad, hacedme caso, id por vuestra cuenta. Las agencias de viajes suelen incluir las excursiones a las Pirámides (imprescindible visitarlas, obvio) pero a parte de eso, también incluyen, por ejemplo, la visita a alguna fábrica de esencias.

Segundo consejo: no compréis nada dónde os lleve el touroperador.

Normalmente en estos sitios os cobrarán más de lo que realmente cuesta ya que el guía y la agencia se han de llevar su comisión. Si realmente estáis interesados en visitar una fábrica de esencias, que os lleve un taxista, os saldrá más barato y la comisión se la llevará un currante, no una multinacional.

En los barcos suelen haber tiendas y obviamente, son caras. Podéis comprar en ellas sin problemas, pero recordad que el barco hace paradas donde también podréis comprar y que en El Cairo aún encontraréis más tiendas.

Lo ideal en El Cairo es trasladarse en taxi. Lo primero que tenéis que hacer es regatear con el taxista. Si os cobran más de 30 libras egipcias podréis sentiros timados. En mi caso, el primer día que fuimos en taxi nos salió por 20 libras a dividir entre cuatro personas. El conductor majísimo. Nos llevó al Museo del Cairo y nos vino a buscar a la hora acordada con él. Nos llevó a comer a un restaurante familiar, a una fábrica de esencias y al bazar Khan el-Khalili. Las agencias te llevan a la parte delantera del bazar, donde hay muchísimos más turísitcas y muchísimas menos posibilidades de conseguir alguna buena ganga. Nosotros, gracias a nuestro taxista, fuimos por la parte de atrás, donde había muy poca gente y se podía comprar y regatear con más tranquilidad.

Como curiosidad, me gustaría comentar lo que nos pasó el segundo día que cogimos un taxi. El taxista, como favor, nos pidió pasar por la escuela de su hijo para recogerlo y pasamos mucho rato con el crío en el coche. Se comportó perfectamente.

Para acabar, es posible que os quieran cambiar alguna pertenencia vuestra por algo de la misma tienda. Si os queréis deshacer de algún reloj o pulsera o algo similar, es posible que allá lo consigáis. Si tenéis una gran extensión de terreno y os apetece tener camellos, también os podréis deshacer de vuestra pareja ;-)

La verdad es que ahora mismo no se me ocurre nada más que comentaros, pero cualquier duda que tengáis, un mensajito y os la contestaré encantado.


jueves, 2 de febrero de 2012

El Cairo

Quiero empezar esta segunda entrada recordando una anécdota que nos ocurrió durante el crucero. La primera noche, el guía nos reunió en la cubierta del barco. Nos explicó que para hacer la excursión a Abu Simbel nos tocaría madrugar y levantarnos a las 02.00h porque el convoy (autocares y coches de ejército) salía a las 03.00h. El buen hombre nos aconsejó que cogiéramos la almohada de la cama para dormir cómodos en el autocar y que lleváramos algo del manga larga porque bajaban mucho las temperaturas. Se me ocurrió preguntar que a cuánto bajaban y su respuesta fue que cuando saliéramos estaríamos a unos 25-30 grados. Obviamente, nada de manga larga.

Después de esta anécdota, seguiré por donde lo había dejado en la entrada anterior, justo antes de llegar a El Cairo. Un autocar nos recogió en el muelle para ir al aeropuerto de Luxor. Una vez allí, nos tocó esperar unas tres horas hasta el despegue, pero no porque llegáramos muy pronto, si no porque el avión iba con mucho retraso. Nada más llegar, nos trasladaron al hotel y una vez tuvimos las habitaciones asignadas, a la terraza del hotel a cenar. Para ser un hotel, el restaurante no era caro y lo mejor, las vistas de las Pirámides de Gizeh iluminadas. Después de cenar, bajamos a un bar que había en la entrada a tomar algo, sin alcohol claro, y a fumar en cachimba.

Como no podía ser de otra manera, la primera excurisón en el El Cairo fue a las Pirámides de Gizeh. ¿Qué decir que no se sepa? Por si acaso: el conjunto está formado por 3 pirámides: Keops, Kefren y Micherinos.

Keops, Kefren y Micherinos

Llegamos pronto, como en todas las excursiones para pasar menos calor, y allí ya habia muchísima gente. Puedes imaginar o leer lo grandes que son las pirámides pero hasta que no estás al lado de ellas no ves lo realmente enormes que son.

En la explanada (llámalo explanada, llámalo desierto) de entrada a las pirámides nos encontramos vendedores ambulantes y militares montados a camello. Intentaron vendernos todo lo que llevaban y por hacerle una foto al guardia montado a camello tuvimos que pagar una especie de propina.

No sé si habrá cambiado la normativa, pero cuando fui, sólo se podía entrar a una de las pirámides. Esto lo hacen para intentar conservarlas y que no se degeneren las tres a la vez.

En la época en la que fuimos, nos tocó visitar Micerinos, la más pequeña de las tres. Entramos en fila ya que la entrada no es muy ancha y sólo hay dos carriles de paso, uno de entrada y otro de salida. Como en el Valle de los Reyes, las paredes visibles, por decirlo de alguna manera, estaban detrás de un cristal protector para que los flashes de las cámaras no los malgastaran más. Par no fastidiar la sorpresa, no diré lo que hay dentro ;-)

La Piramide de Kefren es la más grande de todas. Es una de las 7 maravillas del mundo antiguo, la única que se conserva. Es la única que conserva parte de la recubierta original. La de Keops, padre de Kefren, es unos metros más pequeña, ya que su hijo quiso hacerla más grande para sentirse mejor que el. Como no pude entrar en ninguna de éstas dos, dejaremos a la imaginación lo que hay dentro.

Cerca de las Pirámides se encuentra la Gran Esfinge de Gizeh, justo detrás de la Pirámide de Kefren. Se dice que la Esfinge represernta al faraón. La pirámide y la esfinge están unidas por una paseo, aunque no se puede ir por él.

Gran Esfinge de Gizeh

Después de la visita a Gizeh, el guía nos llevó a una fábrica de esencias. Según nos contó, estás fábricas hacen las esencias de las grandes marcas de perfumes y luego las venden a las firmas que las usan para comercializarlas. La verdad es que sí que olían como los perfumes que compramos aquí, la diferencia es que que éstos no llevan ninguna cosa extra (ver futura sección de consejo sobre Egipto).

En nuestra visita a El Cairo no podía faltar el que me perdiera en el Museo Egipcio. A ver como lo explico y que quede claro... ¡Es una pasada! El museo se encuentra en la famosa plaza Tahrir. En él está la mayor colección de arte egipcio de todas las épocas y eso que no cuento todo lo que hay en museos de Europa… Lo que más llama la atención a los visitantes es la sala dedicada a Tutanhkamon donde hay réplicas de él y un gran busto.

Busto de Tutanhkamon

Otra visita obligada en El Cairo es el bazar de Khan el Khalili. Es el bazar más antigo de la ciudad. Es un poco laberíntico porque tienen muchísimas callejuelas estrechas y solo con ver los puestos de venta, dan ganas de comprar. Eso sí, toca regatear por cualquier cosa.

A parte de estas visitas, existen muchas mezquitas para visitar, fábricas de alabastro y alfombras… También se pueden hacer excursiones como a Alejandría y si queréis pasar más tiempo en Egipto se puede hacer una estancia en Sharm el Sheik para disfrutar del sol y la playa.



Con esto acabo de explicar, grosso modo, mi viaje a Egipto y si queréis saber más o tenéis preguntas o dudas, aquí me tenéis para contestároslas.

Pronto, mi siguiente aventura en…

lunes, 23 de enero de 2012

Crucero por el Nilo

Mi primera entrada en el blog no puede ser otra que el viaje que más me ha gustado, aunque lo haré en dos partes.

Hace unos años tuve la suerte de visitar Egipto. ¿Qué decir que no se sepa de este país? Obviamente podría contaros las mil maravillas y posiblemente me quedaría corto.

Volamos hacía Assuán, al sur del país para descender del avión a media tarde bajo un sol abrasador. Recogimos las maletas y el guía nos llevo a todo el grupo al barco. Después de todas las explicaciones pertinentes, primera noche a bordo y primer madrugón para ir a visitar Abu Simbel. La excursión se puede hacer por tierra o aire y, en mi caso, me alegro de que fuera por tierra. Se podrán ver amaneceres en cualquier sitio, pero ver un amanecer en medio del desierto es, simplemente, espectacular.

Amanecer en el desierto.

Un par de horas después llegamos al nuevo emplazamiento del que fuera el templo más famoso de Ramsés II. La entrada al templo te deja sin palabras ya que 4 estatuas enormes esculpidas en la roca te dan la bienvenida. Por dentro, los templos están llenos de pinturas y jeroglíficos y éstos están protegidos por vitrinas, lo que no quita majestuosidad al complejo. Como dije antes, lo que pueda decir de Egipto se quedaría corto y pasaría lo mismo con lo que pueda explicar de Abu Simbel. Solo diré que está en un marco insuperable, a orillas del lago Nasser y donde, como os podéis imaginar, no hay ningún sitio con sombra.

Templo de Abu Simbel.

La vuelta al barco no se hizo tan pesada como se podía esperar. Al llegar a Assuán visitamos la presa y, los que se atrevieron a caminar bajo el sol a más de 40 grados, vieron también el Obelisco inacabado, que hubiera sido el obelisco más grande jamás construído. Después de eso, vuelta al barco. A la entrada  nos recibieron unos camareros con un chupito. Esperábamos que estuviera fresquito y al ser chupito nos lo bebimos al instante. Mal hecho, era un licor caliente. Después de abrasarnos la garganta,  zarpamos por primera vez.

La primera parada ya en navegación fue en Kom Ombo donde está el templo que recibe el mismo nombre que la isla. El templo está dedicado al dios Sobek, dios cocodrilo. Pudimos ver la momia de un cocodrilo y una especie de mercadillo bajo el templo. Para ser la primera vez que veía algo momificado (sin contar el museo egipcio de Barcelona) me impresionó mucho.

La segunda parada del crucero, ya a la mañana siguiente, fue en Edfú. Desde el puerto a la entrada del templo de Horus fuimos en calesa, lo que podría decirse un taxi a caballo. El templo es de los más grandes que se conservan y de los que en mejor estado se encuentran. Lo más destacado son las figuras de halcones (Horus era el dios halcón) que están en el templo.

A mediodía llagamos a Esna. Aquí nos tocó esperar. Como teníamos que esperar un rato, nos dejaron bajar del barco y pudimos pasear por el puerto e intentar hacer compras.

Al pasar la esclusa de Esna, hay un rato de navegación hasta llegar a Luxor, donde acaba el crucero. Llegamos por la noche y después de cenar en el barco, hicimos una visita a la ciudad y por primera vez fumamos en cachimba.

Por la mañana, nos tocó madrugar. Primero un autocar nos recogió para llevarnos a visitar los Colosos de Memnon. Después de una breve parada, fuimos a ver el templo de Hatshepsut, también conocido como Templo de Deir el Bahari.

Templo de Hatshepsut
Después fuimos hacia El Valle de los Reyes y las Reinas donde pudimos ver, previo pago no incluido en la entrada, la Tumba de Tutankhamon. Lo "malo" de la visita fue la hora. Al llegar ya había mucha gente así que entrar en las tumbas era un poco complicado por la aglomeración de turistas. Pese a eso, conseguimos entrar y pasar más calor dentro que fuera.

Una vez acabada la visita al Valle de los Reyes y las Reinas, la siguiente parada fue el templo de Luxor. Como en el punto anterior, lo "malo" fue la hora, justo antes de comer bajo un sol abrasador. El problema que eso conllevó fue hacer la visita deprisa y corriendo para volver al barco a comer con el aire acondicionado. De todas maneras, el Templo se ha de visitar. La parte exterior fue mandada construir también por Ramsés II. Pudimos ver un obelisco de 25m (su "hermano" está en París) y parte del paseo que unía el Templo con el de Karnak.

Templo de Luxor

Volvimos al barco a comer y sin tiempo para hacer la digestión, volvimos a salir al sol a casi 50 grados. Nos quedaba la última visita programada, el Templo de Karnak. Como decía, ambos templos estaban unidos por un paseo flanqueado por esfinges. Karnak está peor conservado que Luxor, pero eso no quita que fuera el conjunto de santuarios más grande del Antiguo Egipto. De Karnak destaca el lago interior (daban ganas de meterse en el agua) y sus varios obeliscos.

Para ir acabando (sí, sé que falta El Cairo, pero eso será en la próxima entrada), diré que durante el crucero y sus excursiones siempre fuimos acompañados por un guía local que hablaba castellano y nos fue explicando el significado de todos los jeroglíficos que había en todos los templos.

Y para acabar, quiero dedicar esta primera entrada a mi prima Marta que me animó a empezar el blog y que sin su ayuda no hubiera sabido empezar.

Continuará...